Los que serían unos apacibles días de relax en España, terminaron siendo una preocupación para Paz Bascuñán. Todo debido a un travieso fajo de billetes que quiso hacerle una jugarreta.
Estaba en el pueblo de Avilés, en Asturias, cuando la actriz vio que le faltaba efectivo y sacó alrededor de 300 euros desde un cajero automático. Se devolvió al lugar donde se estaba hospedando para buscar unas bolsas y fue al supermercado. Una vez allí, en el instante en que estaba en la caja para pagar, descubrió que ya no tenía el dinero. Lo buscó en los pasillos sin éxito. Se retiró cabizbaja y siguió hurgando en el departamento hasta que lo dio por perdido.
Diez días más tarde fue al mismo supermercado y allí pasó algo que la dejó perpleja. Se le acercó una reponedora, Covi, quien le preguntó "¿a usted se le perdió algo?" Bascuñán asintió. "¿Qué cosa?", insistió la trabajadora. "Dinero", dijo la actriz. "¿Cuánto?" siguió Covi. "Bastante", cerró Paz. Entonces fue que escuchó la frase que le devolvió el alma al cuerpo: "Yo lo encontré y tengo su dinero".
"Yo estaba sorprendidísima. Decidida a encontrar a quién se le había perdido, Covi y sus compañeros se pusieron a revisar las cámaras de seguridad de ese día hasta que encontraron en las imágenes el momento en que se me cayó el dinero del bolsillo de mi pantalón", cuenta la protagonista de "Soltera otra vez".
Aclara: "Yo andaba ese día con un sombrero. Imprimieron mi imagen en un papel y la pegaron en la pared de una oficina chica del supermercado para que cuando me vieran, los que trabajan allí me devolvieran el fajo. Casualmente andaba con el mismo sombrero y me reconocieron".
¿Cuál fue su reacción, Paz?
"Me emocioné un montón. El gesto me pareció de un cariño y una preocupación maravillosos. Abracé fuerte a Covi y con ganas. No paraba de agradecerle y ella estaba casi tan sorprendida como yo. No entendía por qué yo estaba tan agradecida si la plata era mía".
¿Le retribuyó de alguna forma?
"Sí, al día siguiente llegué con bombones ricos para todos. Me miraron como diciendo esta niña está sobreactuada en su gratitud".
¿Qué le dice este gesto de los empleados del supermercado?
"Yo nunca he perdido la fe en la humanidad, siempre he pensado que es mucha más la gente buena. El problema es que la que no es buena se nota más".
¿Por qué cree que esta historia puede ser sorprendente si todos debiésemos actuar como la reponedora?
"Creo que hoy hay una cultura del winner, de sacar provecho. Algunas personas no están dispuestas al esfuerzo y prefieren lo fácil sin importar si hacen daño. Lo veo con preocupación, porque es una crisis valórica. Se ha instalado el individualismo y el obtener cosas a cualquier costo, porque eso se supone que te daría la felicidad en vez de los vínculos".
¿Sólo recuperó el dinero porque le pasó en Europa?
"No, creo que hay gente buena en todas partes. Sin duda que hay lugares donde la honestidad es un valor que no se transa, que está metida en la cultura. En cambio, en otros lados falta educación al respecto y esa educación estoy convencida de que viene del ejemplo de los padres. Me acuerdo que una vez de chica me llevé sin querer un chicle y nos devolvimos a dejarlo al supermercado, porque eso era lo correcto".