Los últimos momentos de junio fueron de descanso y desconexión para Leonor Varela. La actriz viajó hasta Villa General Belgrano, Córdoba, Argentina, para compartir con su hija, Luna, y buena parte de la familia de su exmarido, Lucas Akoskin. Allí se reencontró con sus "suegros" y gozó con la naturaleza que rodea su hogar.
"Dormí mucho, descansé un montón, salí a caminar todos los días, jugué con los niños, estuve en la cocina con mis suegros, compartimos con la hermana de Lucas, que también es muy cercana y sobre todo con Lunita. La sierra cordobesa es preciosa y ellos (los padres de Akoskin) viven en Villa General Belgrano hace años y tienen una casa de té muy hermosa que se llama Hebras. Es un negocio muy lindo donde sirven tortas, té, el ambiente es muy relajado y nos tocó mucho sol. Esto era lo que necesitaba después de estar varios meses en televisión", describe la chilena que aún está en pantalla como jurado del programa "Got Talent Chile".
En marzo, mientras grababa el espacio de Chilevisión, Leonor Varela y Lucas Akoskin, quien fue su marido por 13 años, comunicaron en conjunto su separación. "Estamos muy agradecidos por los años de vida compartidos, estuvieron repletos de amor y nos dieron nuestros mejores regalos: Matteo y Luna. Por eso siempre seremos familia", declararon por esos días. Luego ella reveló que el quiebre ya había sucedido "hace varios meses".
En una de las imágenes del descanso cordobés que mostró la actriz se los ve a todos en armonía. "Con Lucas siempre lo hablamos, incluso cuando nos estábamos separando y hubo momentos más difíciles. Siempre existió un deseo, un anhelo, una intención de quererse, respetarse aunque decidiéramos no estar más juntos como matrimonio. Eso significó obviamente hacer concesiones, ceder espacios en ámbitos para acomodar las necesidades del otro y sobre todo para nosotros lo prioritario es Luna. Yo sé que si él está bien, Luna va a estar bien y él sabe que si yo estoy bien nuestra hija va a estar bien. Eso quisimos honrar".
¿También hablaron con sus suegros sobre la dinámica de la separación?
"No lo he hablado tanto con Marta y Eduardo (los padres de Akoskin). Todo se ha dado muy naturalmente y hace un tiempo, cuando estuve en Los Angeles, ellos estaban allá y compartimos. Para mí son muy cercanos. Estuvieron muy presentes en los momentos más difíciles de mi vida con Mateíto y nadie más que ellos fueron nuestro apoyo más grande. Son gente que estimo, ellos me estiman y bueno, ya estoy adoptada, jajajá. Como siempre decimos, somos un equipo. Yo hablo mucho con la mamá de Lucas y ellos son muy respetuosos de nuestras decisiones y se acoplan a nosotros".
¿Diría que Lucas Akoskin hoy es su amigo?
"SÍ, obvio, nos queremos mucho. Yo creo que hay una concepción de que el amor se acaba cuando uno ya no es pareja matrimonial o ya no duermes en la misma cama. Esos no son conceptos nuestros. Nosotros vamos escribiendo las reglas del juego de nuestra relación a medida que las necesitamos. Nos queremos mucho, hemos pasado cosas muy complejas, siempre hemos sido nuestro mayor apoyo y eso no va a cambiar porque estamos en paradas y caminos diferentes en este momento. Yo siempre asumo lo mejor de él y él siempre asume lo mejor de mí. Creo que esa es una buena manera de entablar una relación que ya tiene mucha confianza".
¿Y cómo ha sido en general la relación con sus suegros?
"Muy buena. Marta y Eduardo son gente con la cual he contado en los momentos más complicados de mi vida y me han enseñado un montón sobre los valores de la familia, el amor y creo que por eso también me enamoré de Lucas".
Luego de compartir con su familia en Chile y cerrar distintos proyectos laborales -como un libro y campañas-, a fin de mes la actriz regresará a su casa en Estados Unidos. "Allá me voy a reencontrar con Lunita y me quedo con ella en Los Angeles, porque Lucas va a empezar un rodaje en Argentina. Me toca a mí estar de planta y eso me pone muy feliz. También me alegra que Lucas pueda hacer este largometraje, donde va a producir y actuar", comenta.