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Ramírez sigue siendo Rambo

Marcelo Ramírez marcó una época entre los arqueros que jugaron en el fútbol chileno en la década de los noventa. Usó el pelo largo, con cintillo, polerón de colores, amplias rodilleras e, incluso, en redes sociales circula una foto donde se le ve en un banco de suplentes con lentes de sol. Para los colocolinos fue el gran héroe de la Recopa ganada en Kobe, Japón, en 1992, donde atajó un penal que les valió el título sudamericano a los albos ante Cruzeiro y, para sus casi 39 mil seguidores en Instagram (ramboramirezoficial), es un incombustible de la actividad física.

Rambo se muestra en su red social haciendo pesas y luciendo sus bíceps, moviendo brazos y piernas gracias al body combat, ejercitando el tren inferior con flexiones, saltando la cuerda, levantando mancuernas, brincando en un pie o sobre cajones, tirado sobre una colchoneta haciendo abdominales, corriendo entre conos, jugando tenis, con traje de surfista o trotando en la playa o en un bosque.

"Afortunadamente vengo de una familia deportiva y, aunque mi papá no nació para ser deportista, siempre fue director deportivo. Estuvo dirigiendo la rama de atletismo de Colo Colo, en el fútbol formativo del club y luego como directivo de la institución. Tengo recuerdos de los seis años, cuando me llevaban a competir en atletismo por el Cacique. Toda mi vida he practicado deportes y para mí es como comer. No puedo estar sin entrenar. Voy sagradamente de lunes a viernes y, si me pierdo uno de esos días, lo recupero de inmediato el sábado", cuenta.

Para Ramírez no hay excusas al momento de ejercitarse. No se restringe en la alimentación, aunque reconoce que siempre come con cuidado y sin caer en ningún tipo de exceso. "Voy al gimnasio en las mañanas, entre una hora y una hora y media, lo que dura una rutina o una clase. Es un muy buen hábito y se lo aconsejo a todas las personas de cualquier edad. Es transversal. Uno tiene que hacer deportes de acuerdo a la edad que tiene, pero deben ir desde los niños a los adultos", sostiene.

"Hay diferentes rutinas para cada edad que, en el fondo, ayudan a tener una mejora calidad de vida, sentirte mejor y eso es fundamental. La persona se siente más vital, con más energías. El cuerpo se siente mejor y la idea es motivar a la gente. Pronto en mi canal de YouTube también quiero subir rutinas para diferentes edades. No todos fueron deportistas ni tienen ese hábito, pero se pueden adquirir en el tiempo. Una persona de 50 años para arriba a lo mejor no hizo mucho deporte, pero ahora tiene la disposición, el tiempo, las ganas y hay distintos tipos de trabajos. Tengo ganas de subir rutinas para distintos niveles etarios. Uno con media hora 0 40 minutos, mínimo tres veces a la semana, ya es un gran aporte que le das a tu salud, a tu organismo y mejoras en todo sentido. Es poner disciplina, ganas y generar el hábito. Habrá rutinas específicas para quienes me sigan", agrega Ramírez.

¿Cómo distribuye el trabajo físico durante los días de entrenamiento?
"A mí edad, ya tengo 59 años, todos los especialistas recomiendan que las pesas son muy importantes por la pérdida de la masa muscular. A los 40 años esa pérdida se vuelve más rápida y por eso se debe hincar el diente en aquello. Ahí mis rutinas, por lo general, son tres días de pesas y otras dos de cardio. Todo lo positivo de hacer pesas no apunta solo a verte mejor, sino todo lo que le genera a tu organismo este tipo de trabajo. Es todo muy potente. Conozco personas de 70 u 80 años con sus rutinas y los veo impecables".

¿Y los ejercicios de cardio? ¿O cómo lo hace con la alimentación?
"El cardio ayuda al corazón, a la respiración y a eso le dedico dos días. En la alimentación no me restrinjo, soy bien bueno para comer, pero como ordenado y, si tengo una comida o hay algo el fin de semana, voy sin problemas. No tengo excesos. Nada de eso. No bebo ni fumo. Por ahí me puedo tomar una copa de vino, pero nada en exceso. Estoy en 90 kilos y terminé jugando con 89 en 2001. Eso fue hace 23 años".

En su Instagram se le ve haciendo ejercicio, jugando tenis, trotando y nada de fútbol.
"Después de mi retiro nunca más volví a jugar fútbol. Ni siquiera un partido de baby, ni con los amigos, ni nada de nada. Lo sagrado fue seguir haciendo deportes. Juego tenis una vez a la semana para hacer un deporte que me entretenga y guste, y también hago body combat porque es cardio: le meto sus patadas y combos, y con eso trabajo las articulaciones".

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