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Inyección alarga la vida de ratones en un 24,9%

Con solo bloquear una proteína se redujo el envejecimiento en roedores e incluso disminuyeron las muertes por cáncer y otras enfermedades. El experimento, cuyos resultados se publicaron en la prestigiosa revista "Nature", utilizó ratones viejos a los que se les inhibió una proteína inflamatoria llamada interleuquina 11 (IL-II), logrando aumentar su esperanza de vida en un 24,9%. ¿Se podrá aplicar este avance en humanos? "No hay razón para pensar que lo que hemos visto en los ratones no va a funcionar en las personas", comentó Jesús Gil, uno de los investigadores a "El País".

Esperanza de vida

El prometedor trabajo, liderado por un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de Duke, utilizó ratones con 75 semanas de edad, aproximadamente 55 años en humanos. Si se compara con la expectativa de vida promedio de una persona, se alargaría hasta 104 años. El estudio describe que la inyección mensual en los ratones, eliminando la proteína IL-II, mejora el metabolismo y la función muscular, y reduce los biomarcadores del envejecimiento y la fragilidad en machos y hembras. "La eliminación genética de IL-II prolongó la vida de ratones de ambos sexos en un 24,9% en promedio", destaca el trabajo científico. Además de aumentar la esperanza de vida, el tratamiento redujo las muertes por cáncer y otras enfermedades como la inflamación crónica, el metabolismo deficiente y diversas enfermedades asociadas a la fibrosis. Según Stuart Cook, uno de los autores, "los ratones tratados tenían menos cánceres y carecían de los signos habituales de envejecimiento y fragilidad, pero también mostraron una reducción del desgaste muscular y una mejora en la fuerza muscular. En otras palabras, los ratones viejos que recibieron anti-IL-II estaban más sanos", aseguró.

Factor clave

"Durante el envejecimiento, se acumulan células senescentes (células que envejecen) en nuestros órganos", dice Roberto Bravo Sagua, investigador del Laboratorio de Obesidad y Metabolismo Energético en Geriatría y Adultos (Omega) del Inta de la Universidad de Chile. El investigador comenta que son células propias de nuestro organismo y que han sufrido algún tipo de daño, como la radiación UV del sol que afecta la piel o el consumo excesivo de grasas o azúcares, que provoca una sobrecarga metabólica en múltiples órganos, como el hígado, el tejido graso, el corazón o los músculos. Debido a este daño, estas células alteran su metabolismo y son proinflamatorias, emiten señales de alarma al resto del cuerpo indicando que algo no está bien. Agrega que las personas jóvenes tienen la capacidad de reparar ese daño, pero las mayores ya no. "Este constante estado inflamatorio afecta el funcionamiento de nuestros órganos, haciéndonos envejecer", resume. "La inyección lo que hace es apagar una de las señales proinflamatorias, denominada IL-II (interleuquina 11). De este modo, la señal de alarma disminuye, enlenteciendo la velocidad con que los órganos envejecen. Así, los ratones sometidos a tratamiento anti-IL-II tienen menos problemas metabólicos, evidenciado como una menor ganancia de grasa, menos alteraciones hepáticas y mayor fuerza muscular. Producto de ello, también viven más", explica.

Calidad de vida

Stuart Cook señaló que la proteína interleuquina 11 actúa de la misma manera en ratones y en personas. "Los ratones suelen morir de cáncer, mientras que los humanos mueren principalmente de enfermedades del corazón y cáncer. Es probable que esta terapia reduzca los tumores en humanos, como ya lo ha hecho en ratones", comparó. Para Roberto Bravo, si estos hallazgos se logran replicar en seres humanos, "no significa que tendremos la fórmula para la eterna juventud. Después de todo, el envejecimiento es un proceso natural y parte de nuestras vidas; pero sí podremos tener una mejor calidad de vida en la vejez, para disfrutar más plenamente todo lo que hayamos sembrado durante nuestra juventud, y para seguir adelante con vidas llenas de nuevas experiencias".

Replicable en humanos

Sobre la posibilidad de replicar este avance en personas, Marcela Cárcamo, médico veterinario y epidemióloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, piensa que no habría problema, "ya que los estudios clínicos tienen fases, y una vez que se demuestre en animales -no solo ratones- que produce el mismo efecto, podrían comenzarse los estudios en humanos" y agrega: "Se han hecho varios estudios relacionados con el envejecimiento, como por ejemplo, el estudio hecho por el MIT, Harvard y Maine, que desarrollaron un método que pretende rejuvenecer células y combatir enfermedades".

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