Según los datos recopilados por la fiscalía, Emmanuel Bony es haitiano, tiene 34 años, lleva seis años viviendo en Chile, tiene RUT y es capaz de chapurrear un español, aunque con hartos infinitivos. Pero todo indica que hay ciertos aspectos de la vida cotidiana que aún no logra internalizar. Por ejemplo, dio la impresión de que nunca entendió muy bien qué hacía un miércoles al mediodía en el Primer Tribunal de Garantía de Santiago.
El fiscal lo explicó bien resumido. Contó que a Bony lo detuvieron la tarde del día anterior en el aeropuerto de Santiago por destruir siete televisores LED y siete monitores de auto-consulta de vuelos con un martillo. Los daños bordean los 20 millones de pesos. El delito por el cual será investigado es daños.
El abogado defensor completó la historia con lo que le dijo su cliente: que Bony había comprado un pasaje en avión y que quería viajar a Haití, pero no lo dejaron abordar el vuelo porque su nombre no aparecía por ninguna parte, así que, preso por la frustración, le vino la locura e hizo lo que hizo.
Rápidamente vieron las medidas cautelares. La jueza María Inés Lausen dijo que Bony debía firmar una vez al mes en la comisaría más cercana (aunque el haitiano dijo que había vendido todo lo que tenía y que había abandonado la casa donde vivía en Puchuncaví), y que quedaba con arraigo nacional mientras dure la investigación, que quedó fijada en 90 días.
-Es decir, usted no puede salir del país -le explicó la jueza.
-Disculpa, yo no te escucho bien lo que está hablando. Mira, yo voy a viajar (Bony tampoco domina mucho las sutilezas del usted y el tú).
-Señor, usted no puede viajar -le insistió la jueza.
-Por qué no puede viajar. Dime por qué no puede viajar.
-Señor, no puede viajar porque usted fue formalizado en este país como autor de un delito.
-Yo no hice nada malo.
-Bueno, usted opinará que romper las cosas no es nada malo.
-No rompí nada cosa.
La jueza respiró hondo y aceleró las cosas sin dirigirle más la palabra a Bony. Dijo un par de frases y terminó con la audiencia.
El pasaje
Minutos después, apareció Bony en persona para dar su versión de lo sucedido. Dijo que
había comprado el pasaje en el mismo aeropuerto hace un mes y que le había costado
1.140.000 pesos. Cuando empieza a hablar del destino, se enreda un poco. Dice que quería ir
a Haití, pero que había comprado un pasaje que decía "destino Miami", pero para estar un rato
nomás ahí, porque la idea era ir viajar a Haití desde Miami, pero parece que aún no tenía
comprado ese pasaje de Miami a Haití. Rony, ¿y tú sabes que para ir a Estados Unidos hay que tener visa?
"No tenía idea. A mí nadie decirme nada".
¿Y por qué rompiste los televisores?
"Pasé por muchas emociones. Yo pagar por un pasaje y después no me dejan subir. Me estafaron. Agarré el martillo, porque yo trabajar en la construcción, y lo hice" En el tribunal dijiste que no hiciste nada malo.
"Yo no hacer nada malo. Los malos son los que no me dejaron subir. Si uno compra algo y el otro no cumple, yo no soy el malo, son ellos (se supone que Bony viajaría en American Airlines)".
¿Qué vas a hacer ahora?
"Yo voy a viajar igual, sí señor. Yo voy a ir a Haití. Aquí en Chile no hay ayuda. Ayudan a los demás, a mí no. La culpa es del gobierno".
La fiscalía dijo que, aparte de los daños a los televisores, investigará la posible estafa a Bony, que no supo explicar muy bien en qué agencia u oficina compró el pasaje.