-->

Escribe y presiona enter

On
Por qué los chilenos nos comemos la s al hablar

Madison Jackson es una joven estadounidense que domina muy bien el español. En sus redes sociales (@maddies_mundo en Instagram) habla de las diferencias que hay entre los distintos tipos de español, traduce al inglés canciones de Luis Miguel y enseña cómo sonarían algunas connotadas cumbias si fueran en inglés.

Ella ha contado que tiene muchos amigos latinoamericanos y como son de distintos países, es evidente que la joven, quien tiene un título universitario y ofrece clases en español, ha logrado entender los diferentes tipos de español que se hablan en el continente, lo que se refleja en los divertidos videos que hace. En uno de los últimos decidió subir al columpio a los chilenos.

En el video simula que está en una clase de pronunciación de español, pero la alumna Maddie- es de Chile. La profesora -también Maddie- le pide que pronuncie algunos números y palabras. Evidentemente, y tal como hablamos los chilenos, la alumna no pronuncia ninguna "s" final y al decir el dos dice "do" y el seis lo nombra "sei". También le pide a la alumna que diga "¿quieres más?" y ella, además de cambiar la conjugación a "querí", obviamente la pregunta con un "ma".

La clase continúa y la alumna tiene que decir palabras como cansado y olvidado, pero dice "cansao" y "olvidao". Para rematar le pide decir "está bueno" a lo que Maddie responde con un chilenísimo "ta weeeno".

¿Dónde están las eses?
Marianna Oyanedel es doctora en Lingüística y explica porqué los chilenos somos tan malos para pronunciar la "s". "Por una parte hay una explicación cronológica de la historia del español chileno. Hay que considerar que quienes nos conquistaron no eran necesariamente los españoles más eruditos, por lo tanto tampoco tenían formas muy precisas de hablar el español de España. La mayoría pertenecía a las zonas más del sur de España, como Andalucía. Y en esa zona, por ejemplo, tampoco se pronuncia mucho la "d". Entonces, mucho de la aspiración de la "s", esto de no usar la "s" o la "d", viene más bien de cuestiones históricas", describe Oyanedel, directora del departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Federico Santa María.

La lingüista agrega que "nosotros hablamos una variante del español, el español chileno. En ese sentido, nuestra pronunciación es chilena, no española. Lo rico de eso tiene que ver con formar identidad, porque al final del día, lo que hacemos al hablar y al comunicarnos es justamente formar la propia identidad chilena o del país que sea. Y ahí se caracteriza el español chileno por utilizar mucho lenguaje no lingüístico, paraverbal. Muchos gestos, mucha entonación de palabras, modismos y neologismos. Hablar como hablan los chilenos y chilenas no tiene por qué ser un símil o una repetición del español de España, sino que es libre, porque es parte de la cosmovisión que cada chileno y chilena tiene de vivir en Chile y de criarse y pasar su vida acá. Básicamente formamos una identidad a través del lenguaje y esa identidad hace que pronunciemos de ciertas maneras".

La rapidez

La fonoaudióloga Michelle Casanova aporta otro antecedente a esta capacidad nuestra de comernos la "s". Ella es la encargada de la Unidad de Fonoaudiología del Servicio de Neurología Neurocirugía del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y explica que "la tasa de velocidad de los chilenos al hablar está por sobre los promedios de la región, es decir hablamos muy rápido".

La profesional agrega que "efectivamente por la velocidad aumentada al hablar, perdemos precisión articulatoria y los sonidos de nuestra habla se distorsionan, apareciendo sonidos intermedios difíciles de reconocer acústicamente o de poder inclusive reproducir. Tendemos a aspirar u omitir los sonidos finales de los enunciados, como ocurre con los casos de la s al final de las palabras o, por ejemplo, decir verdá en vez de verdad".

¿Pero desde el ámbito vocal, hacemos algo distinto?
"Es que ocurre que nosotros hablamos muy rápido y omitimos algunos sonidos. No nos damos el tiempo articulatoriamente de producir bien el sonido, teniendo toda la potencialidad para hacerlo. Si hablas muy rápido pierdes capacidad de poder ser preciso articulatoriamente. La tendencia es a simplificar palabras, con el consiguiente costo de perder inteligibilidad, que es que nos entiendan lo que estamos diciendo al hablar. Como parte de una identidad muy chilena al hablar y también asociada a distintos contextos culturales, modificamos algunos sonidos y nos resulta más chileno entre amigos decir guena en vez de buena, no porque no podamos pronunciar sino porque en ese contexto en el que nos desenvolvemos hay mayor uso y aceptabilidad de esa palabra. Nuestra forma de hablar es adaptativa, varía según contextos y estados, por lo que estas variaciones pueden explicarse bajo esa perspectiva".

Click para comentar